Es posible que muchos de nosotros hayamos escuchado el término “motricidad fina” en diversas ocasiones, pero no sepamos con seguridad a qué se refiere; es por eso que, antes de comenzar con la entrada de este blog, es necesario definirlo.
Cuando hablamos de motricidad fina hacemos referencia a la coordinación tanto de músculos como de huesos y nervios para producir movimientos pequeños y precisos. Así pues, como cabe de esperar, un correcto desarrollo de la motricidad fina es fundamental para poder experimentar con el entorno y, por lo tanto, se encuentra íntimamente ligada con el incremento de la inteligencia sin olvidar que les facilita, progresivamente, entender cómo funciona su cuerpo, el mundo y, además, gracias a ella, desarrollan su autoestima al permitirles que cada vez sean más autónomos.
Aunque no hemos de olvidarnos de darles tiempo a nuestros pequeños, así como opciones de movimiento, es cierto que puede darse la situación de que observemos que presentan algunas dificultades. Llegados a este punto, consultar con un profesional será indispensable, pero también podemos mejorar la motricidad fina en casa sin caer en actividades aburridas y tediosas para ellos. Algunos ejemplos son:
- Apretar una esponja. Podemos pedirles que sumerjan la esponja en un recipiente con agua y la expriman en un recipiente vacío, fortaleciendo de este modo manos y antebrazos. Además, podemos poner en el agua un poco de jabón para hacer burbujas o incluso, colorante para alimentos.
- Crear murales en el baño. Con craft foam podemos mejorar la destreza manual y las habilidades para recortar mientras el niño se baña, pegando este material en las paredes del baño o de la tina.
- Hacer collares de pasta seca. Enhebrar collares es una idea genial para potenciar la creatividad de los pequeños mientras desarrolla su coordinación mano-ojo y su capacidad para manipular objetos.
- Jugar con cordones. Los juegos de manos con cordones, como la telaraña, les ayudan a fortalecer los dedos y la coordinación mano-ojo.
- Hacer muñecos de papel. Cuando cortan y doblan papel nuestros niños fortalecen músculos importantes de las manos y, además, es una actividad que ha entretenido a los niños desde generaciones y que todavía adoran.
Pese a todo esto, no hay que olvidar tener paciencia puesto que cada persona necesita un ritmo diferente para su desarrollo y no debemos obsesionarnos con que los niños realicen a la perfección todas las tareas enseguida. Darles tiempo y proporcionarles situaciones de aprendizaje, en las que puedan practicar sus destrezas les ayudará a, poco a poco, ir mejorando y sacar su máximo potencial.