Hábitos saludables

La importancia de los hábitos saludables en la infancia

 

Siempre se habla de lo relevante que es inculcar, desde la más tierna infancia, hábitos saludables a los más pequeños de la casa; sin embargo, ¿por qué son tan importantes desarrollar hábitos y costumbres sanos? La razón es muy sencilla: se trata de la medida preventiva más eficaz para mejorar la condición de salud a lo largo de toda nuestra vida. Por tanto… ¡Cuánto antes comencemos a adquirirlos, mejor! Sin embargo, no solo hemos de pensar en la alimentación cuando hablamos de hábitos saludables sino también en el patrón de conducta personal y comportamiento (horas de televisión, videojuegos), hábitos (tabaco, alcohol), estilos de vida (actividad física, sedentarismo), entre muchos otros.

Además, es muy importante recalcar que en el caso de las niñas y los niños incorporar rutinas progresivamente les proporcionan seguridad y confianza ya que les ayudan a asimilar el mundo que les rodea y, por lo tanto, a anticipar acontecimientos (a qué hora comerán, cuándo se hace la siesta, etc.); es por eso que desde muy temprana edad se deben incluir hábitos en la vida de los pequeños (los hábitos de sueño a partir de los seis meses de edad o los horarios de alimentación de los bebés). Así pues, poco a poco, los hábitos se irán consolidando a lo largo de la infancia y de la adolescencia ayudando a que nuestros campeones y campeonas se desarrollen sin ningún problema en todas y cada una de sus dimensiones (mental, espiritual y social), previniendo enfermedades en la edad adulta y, lo que es más importante, creando personas felices.

Por supuesto, para que los niños y las niñas introduzcan estos nuevos hábitos en su día a día es fundamental que los adultos que les rodean (especialmente, la familia más cercana) practiquen estos hábitos saludables lo cual, al mismo tiempo, ayudará a que dichos hábitos se prolonguen a lo largo de toda su vida.


Dulces sueños

El sueño es un hábito importantísimo tanto para los más peques como para los adultos, es el momento en el que  se recupera nuestra mente y cuerpo. No se sabe exactamente qué ocurre mientras dormimos, pero la ciencia sí nos confirma la importancia de cada fase por la que pasamos. El sueño es tan importante que no podríamos vivir sin dormir

Todas las familias se preocupan por el sueño de sus peques, es normal, ya que como hemos dicho es imprescindible. Pero debemos de comprender que cuando nuestros hijos/as son bebés todavía no han adquirido esa rutina de manera ordenada, ya que tampoco necesitan dormir de una sola vez porque regulan su sueño conforme sus necesidades básicas de aseo, afecto y alimentación. Pero, conforme van creciendo, y sus sentidos y curiosidad van desarrollándose y ampliándose, el sueño pasa a un segundo plano pudiendo permanecer despierto y dormido durante más tiempo.

Se suele aconsejar que a partir de los 15 meses la siesta de la mañana se suprima, dejando solo el momento de descanso después de comer, pero cada niño/a sabemos que son diferentes por lo que deberemos de adaptarnos a sus necesidades biológicas

Pero en ocasiones nos podemos encontrar que nuestro peque no quiere dormir solo/a.

¿Qué hacer ante esto?

Desde las escuelas infantiles Virgen de Cortes os aconsejamos:

Primero debes observar y prestar atención a las razones del por qué o qué es lo que le provoca esa preocupación. Para poder actuar mejor.

Si tiene un objeto de apego, sea el chupete, peluche, toallita, jarrita de agua, etc. permitirle tenerlo, ya que sentirá confianza y seguridad.

Tener una hora de dormir, a través de hábitos y rutinas diarias. Ellos/as no comprenden el paso del tiempo, por lo que anticipan las tareas a través de esas rutinas.

Podemos premiarlo, no decimos comprarle juguetes, podemos premiarle con una pegatina, con una alabanza, con su postre preferido, ¡libre imaginación!

Hazle partícipe en la elección de la cama cuando deseéis cambiarlo de la cuna, o  del menaje de su dormitorio, como cojines, sábanas, etc que le motive ir a su habitación.

Hacerle sentir que no está solo pese a que su papá o mamá no están en la misma habitación y despedirle con la misma frase: “buenas noches”, “descansa mucho”.

Ten en cuenta el ambiente del dormitorio: buena ventilación, oscuridad o luz muy tenue, ruidos moderados, etc.

La lectura de un cuento puede ayudar a estrechar ese vínculo íntimo entre madre/padre y peque a la vez que le permite relajarse para conciliar el sueño.

Después de cenar, las actividades que se deben hacer han de ser tranquilas sin alterar. El baño con agua caliente y masajes con crema les relajan mucho y les puede ayudar a relajarse.

Por lo que afirmamos:

DORMIR ES FUNDAMENTAL, PERO DORMIR BIEN ES IMPRESCINDIBLE.